Mallas Anticaidas

El Nacimiento de un Sistema Revolucionario: La Historia de las Redes Anticaídas T Narrada Por Ángel Coral

Prologo:

Tras el incremento en popularidad del sistema T alrededor de toda la república mexicana, decidimos tomar el testimonio del originador del sistema y el pionero de los sistemas de redes anticaídas en México. Luis Ángel Coral López, también conocido como el Spiderman de México, a continuación leeremos un poco sobre el génesis de este producto que a revolucionado y se a vuelto tendencia alrededor de todo México



Los Inicios: En Scoregol

En 2011, era dueño de un negocio familiar dedicado a la fabricación y venta de porterías artesanales. Mi trabajo consistía en elaborar redes resistentes, tejidas a mano, destinadas principalmente al ámbito deportivo. Sin embargo, durante ese periodo, comenzaron a surgir inquietudes en el sector de la construcción: varias empresas buscaban redes que pudieran funcionar como sistemas de protección contra caídas en obras.

Recibía numerosas llamadas de constructoras preguntando si las redes Scoregol —marca bajo la cual comercializaba mis productos— podrían adaptarse para tal fin. Entre esos contactos, hubo uno que marcaría un antes y después en mi trayectoria: el arquitecto Abelardo Aguilar, cuyo interés en una solución de seguridad eficiente y económica sería clave más adelante.

El Desafío: Innovar Sin Ser Ingeniero

No tengo formación en ingeniería. Mi familia se ha dedicado a diversos oficios, pero ninguno relacionado con este campo. Sin embargo, siempre he tenido habilidad para las matemáticas y una mente analítica. Fue así como, ante la necesidad de crear un sistema confiable, decidí valerme de mis conocimientos y experiencia práctica.

Mi mayor inspiración vino de dos elementos cotidianos:

  1. El molino de la abuela: Una herramienta antigua de cocina que se fijaba a la mesa mediante un tornillo en forma de sargento. Su mecanismo de sujeción me hizo pensar en cómo aplicar ese principio a un sistema de anclaje.
  2. La horqueta yucateca: Un dispositivo tradicional utilizado para tender ropa, que consistía en un brazo sujeto al piso con una cuerda en la parte superior.

Al combinar estos dos conceptos con una bisagra, logré diseñar un brazo articulado que podía abrirse y cerrarse, proporcionando un punto de anclaje seguro.



Prototipos y Pruebas Destructivas: Validando la Resistencia del Sistema

Con los bocetos en mano, me adentré en el mundo de la metalurgia, seleccionando materiales y perfeccionando el diseño. Sabía que, al tratarse de un producto destinado a salvar vidas, debía ser robusto, funcional y accesible.

Las pruebas destructivas fueron clave para garantizar su eficacia. Como aún no tenía el reconocimiento para hacer ensayos en obras formales, le pedí permiso a mi suegra para realizar las primeras pruebas en su casa.

  • Primera prueba de carga estática: Colgué peso muerto en el brazo para simular una caída. El sistema resistió, pero necesitaba más.
  • Prueba de impacto dinámico: Desde 6 metros de altura, dejamos caer dos sacos de cemento (aproximadamente 100 kg) sobre el brazo instalado en el volado de la piscina. El golpe fue tan violento que fisuró la losa de concreto, provocando un estruendo que nos dejó en shock. Sin embargo, el brazo no cedió, demostrando que podía absorber la energía de una caída real.

Aunque el daño a la propiedad de mi suegra fue irreparable (hasta hoy, la losa sigue fracturada como testimonio de esa prueba), el resultado fue contundente: el sistema funcionaba.




El Encuentro Definitivo con el Arquitecto Aguilar

Con la confianza de que mi diseño era viable, retomé contacto con el arquitecto Abelardo Aguilar. Él buscaba una solución que cumpliera con las 3B: Bueno, Bonito y Barato.

Le mostré los videos de las pruebas destructivas, donde se veía claramente cómo el brazo soportaba el impacto sin fallar. Destacamos las ventajas del sistema:

  • Instalación rápida (menos de un minuto por brazo).
  • No dañaba la infraestructura (excepto en pruebas extremas, como la de mi suegra).
  • Costo competitivo frente a los andamios tradicionales (que rondaban los $3,500 MXN por unidad).

El arquitecto, impresionado, vio el potencial no solo para Monterrey, sino para todo México. "Esto es lo que necesitamos", me dijo, ofreciéndome su apoyo para impulsar el producto. Sin embargo, yo tenía claro que debía mantener el control sobre mi creación.

La Primera Gran Obra: Torre Equus

El primer proyecto formal fue la Torre Equus, donde instalamos los brazos de color morado. El arquitecto Aguilar, curioso, me preguntó:

  • "¿Cómo sabes que deben ir cada 3 metros?"
  • "Por experiencia y cálculo", respondí con seguridad.

Aunque nunca había trabajado en alturas (soy costeño y el vértigo no era mi aliado), ese día me gradué en el mundo de la seguridad industrial. Subir a instalar los brazos fue un reto personal, pero el éxito de la instalación validó que el sistema T estaba listo para revolucionar el mercado.

El Legado: Un Sistema que Salvaguarda Vidas

Lo que comenzó como una inquietud frente a las llamadas de constructoras se convirtió en un sistema patentado, probado y confiable. Las pruebas destructivas en casa de mi suegra fueron el punto de inflexión que demostró que, incluso bajo las condiciones más extremas, el diseño resistía y protegía.

Hoy, cualquier obra me permite realizar pruebas de caída, pero aquella losa fracturada sigue siendo el símbolo de que, a veces, las grandes soluciones nacen de ideas simples, perseverancia y la convicción de que la seguridad no puede esperar.

Redes Anticaídas T no solo es un producto, es el resultado de observar, innovar y, sobre todo, creer en que un solo hombre puede cambiar la forma en que protegemos a los trabajadores.




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